Mis queridisimos lectores:
Esta no ha sido una buena semana, he tenido que lidiar con muchos problemas, uno de mis nietos ha sufrido un accidente, una motocicleta lo atropello, gracias a Dios solo tuvo leves lesiones, pero el susto que me dió fue terrible. Mi corazón, pobre corazón no tiene respiros, encima el casi inutil de mi hijo Lucas no se movió para nada, le pedí que me ayude a llevar a Juancito al hospital, pero no fue capaz de ni siquiera llamarme un taxi. El taxista me ayudó a cargar al nene, pobrecito, todo lleno de raspaduras. LLegamos al hospital y lo atendieron enseguida. Los médicos lo curaron y también tuvieron que cuidar de mi, ya que sufrí una leve descompensación debido al susto.
Eso no fue nada, cuando llegué a casa con Juan, el escándalo que se armó con Lola, el tarado de Lucas le contó lo que había ocurrido, mi hija estaba histérica, me dijo de todo, lo que más me dolió en el alma es que me dijo que no cuido de sus hijos, mis nietos, son los que más adoro en mi vida.
Mi hija se enojó tanto que me dijo que no me los iba a traer más, que yo no los iba a cuidar más...Esta bien que yo no este hecha una piba, pero tengo tantas ganas de vivir, de disfrutar lo poco que me queda junto con mis seres queridos.
No es justo que ella me prohiba estas cosas...
Antonella estaba enojada con su hermana, y con el inutil de Lucas por como se comportaron, yo le dije que no vale la pena, ya se va a solucionar, aprendí a ser paciente, y sobretodo con mis hijos.
A veces me siento sola no me acostumbro a que en la casa haya tanto silencio...Solo escucho el televisor prendido. No puedo ni siquiera escuchar mi programa de radio, porque a mi hijo le molesta, me grita desde el living: -mamá apagá esa porquería-. ¿Y que le voy a decir?. A veces tengo miedo de que me levante la mano, tiene esas reacciones violentas que solía tener su padre cada vez que se tomaba unas copitas de más. Heredó ese caracter, lamentablemente, yo le hablo, pero a veces, la gran mayoría de las veces, me dá la sensación que le estoy hablando a la pared.
Bueno, mis queridisimos lectores, me despido hasta mi próxima publicación.
Suya Clotilde.
Esta no ha sido una buena semana, he tenido que lidiar con muchos problemas, uno de mis nietos ha sufrido un accidente, una motocicleta lo atropello, gracias a Dios solo tuvo leves lesiones, pero el susto que me dió fue terrible. Mi corazón, pobre corazón no tiene respiros, encima el casi inutil de mi hijo Lucas no se movió para nada, le pedí que me ayude a llevar a Juancito al hospital, pero no fue capaz de ni siquiera llamarme un taxi. El taxista me ayudó a cargar al nene, pobrecito, todo lleno de raspaduras. LLegamos al hospital y lo atendieron enseguida. Los médicos lo curaron y también tuvieron que cuidar de mi, ya que sufrí una leve descompensación debido al susto.
Eso no fue nada, cuando llegué a casa con Juan, el escándalo que se armó con Lola, el tarado de Lucas le contó lo que había ocurrido, mi hija estaba histérica, me dijo de todo, lo que más me dolió en el alma es que me dijo que no cuido de sus hijos, mis nietos, son los que más adoro en mi vida.
Mi hija se enojó tanto que me dijo que no me los iba a traer más, que yo no los iba a cuidar más...Esta bien que yo no este hecha una piba, pero tengo tantas ganas de vivir, de disfrutar lo poco que me queda junto con mis seres queridos.
No es justo que ella me prohiba estas cosas...
Antonella estaba enojada con su hermana, y con el inutil de Lucas por como se comportaron, yo le dije que no vale la pena, ya se va a solucionar, aprendí a ser paciente, y sobretodo con mis hijos.
A veces me siento sola no me acostumbro a que en la casa haya tanto silencio...Solo escucho el televisor prendido. No puedo ni siquiera escuchar mi programa de radio, porque a mi hijo le molesta, me grita desde el living: -mamá apagá esa porquería-. ¿Y que le voy a decir?. A veces tengo miedo de que me levante la mano, tiene esas reacciones violentas que solía tener su padre cada vez que se tomaba unas copitas de más. Heredó ese caracter, lamentablemente, yo le hablo, pero a veces, la gran mayoría de las veces, me dá la sensación que le estoy hablando a la pared.
Bueno, mis queridisimos lectores, me despido hasta mi próxima publicación.
Suya Clotilde.